sábado, 5 de junio de 2010

MARÍA. OBJETIVO CONSEGUIDO.

Nos hemos especializado en no sentir. Desde que éramos niños, hemos aprendido a desconectar de lo que sentíamos. Lo hacíamos y lo hacemos para no sufrir. No hay más que mirar alrededor o incluso dentro de nosotros mismos para darse cuenta de ello. Unos huyen de sí mismos (de lo que sienten) a través de las drogas o de intentar ser famosos (triunfar) o de ganar mucho dinero o del placer o del riesgo. Otros, sencillamente, no pueden con su alma, están atrapados en una permanente depresión. Otros llevan permanentemente encima un cabreo existencial que les hace estar contra todo y contra todos. Otros se sienten enfermos, muy enfermos, a punto de morir, a pesar de que los datos clínicos no demuestren que esa sea su situación. Hay muchas maneras de desconectarse de uno mismo para no sufrir, para no vivir emocionalmente dentro de uno mismo, para no convivir con lo que hay allí que no nos gusta o que no podemos soportar. Y sobre esa base edificamos nuestra personalidad, lo que somos en sociedad, lo que somos para los demás.

Por eso, a mi juicio, desandar el trozo de camino que hemos hecho torcidamente es algo que no se hace en un día. Volver a conectar con uno mismo, querer hacerlo habitualmente y comenzar a sentir, no es tan fácil. Y eso es lo primero que hay que hacer si se quiere virar el rumbo. Hay que tener paciencia y hay que ser tenaces. Y siempre, de fondo, tenemos que lograr el imprescindible mínimo amor a uno mismo, amor propio, autoestima, o como queramos llamarlo.

Hoy, María nos comunica que eso de El secreto le ha funcionado. Es una cosa muy sencilla. Quiso aprobar una oposición, lo pidió, confío en que lo conseguiría, lo agradeció y lo obtuvo. Y obtuvo mucho más de lo que pidió puesto que sacó el número 1. Seguramente fue tan fuerte su convicción que “se pasó” con su deseo.

Ya conté una vez que yo creí en las tesis de este libro cuando me di cuenta que sus postulados habían funcionado en mi caso, pero negativamente, es decir, dándome fundamentalmente las cosas negativas que pensaba o temía que me iban a ocurrir. Y fue entonces cuando me dije a mí mismo que si funcionaba con lo negativo, ¿por qué no iba a funcionar con lo positivo? En el caso de María así ha sido, pero en positivo. ¿Por qué no empezar con algo tan sencillo como esto? Podemos estar desconectados por miedo, por rabia, por tristeza o por una mezcla de todo un poco, pero podemos intuir que si deseamos algo bueno nos va a ocurrir, pero que sea algo pensado con el corazón, de verdad, con fuerza, con convicción. Es algo muy simple.

Espero que el ejemplo de María nos sirva a todos para entender que ese cambio o giro de 180º que deseamos en nuestra vida (en vez de ir hacia el malestar inconscientemente, ir hacia el bienestar conscientemente) puede iniciarse poco a poco proponiéndonos objetivos positivos que, con toda probabilidad, se irán cumpliendo y reforzarán nuestra confianza.

“¡Hola Chesús!

Es increíble pero, de manera todavía oficiosa, he quedado LA PRIMERA!!!!!!!!!!!!!!!!
¡¡¡¡Nunca me habría podido imaginar esto!!!!
Mi objetivo era aprobar y ahora resulta que me queda una nota de más de un 9.
Estoy bastante alucinada, la verdad. Pero muy contenta, claro.
Se han superado mis expectativas.
Leí el libro “El Secreto” antes de comenzar a estudiar y todos estos meses he puesto en práctica sus recomendaciones. Pensaba a diario que aprobaría, lo escribí sobre la foto de un paisaje con el mar al fondo (con el Photoshop) y lo tuve de fondo en el escritorio del ordenador: Aprobaré las oposiciones.
Estudié mucho, todos los temas, pero pensaba en el 3, el 3, el 3… ¡Y salió el 3!
Es impresionante. Me ha dejado bastante perpleja todo este proceso, el pensamiento positivo y el libro en sí. Y, sobre todo, los resultados.
Lo he de meditar con más calma, pero está claro que el cambio de chip me ha conducido hasta aquí, y más lejos de lo que me podía imaginar.
Tengo ganas de acabar el curso y de tener tiempo para descansar y darles vueltas al asunto.
En fin, objetivo conseguido.
Besos.
María"


Aprovecho para copiar un texto aparecido en el Blog alternativo que me parece también muy ilustrativo al respecto:

¿Por qué a mí no me funciona el Secreto?

“Todo lo que llega a su vida usted lo atrae a ella. Y es atraído a usted por virtud de las imágenes que mantiene en su mente. Es lo que usted piensa. Todo aquello que sucede en su mente usted lo atrae hacia sí mismo”

El Secreto

María Prado, kinesióloga, logopeda y terapeuta holística, nos envía a El Lector Alternativo Opina su reflexión personal sobre el fracaso en muchas personas de la Ley de Atracción popularizada por la película y libro “El Secreto” y sus secuelas.

María nos habla de incoherencias entre pensamiento y sentimientos profundos y bloqueos a nivel inconsciente que harían que las vibraciones que emitimos no sean las que nos gustaría y que por sintonía a ellas, y en base a esa ley, no atraemos las frecuencias y objetos/situaciones deseadas.

Otros autores nos explican que la Ley de Atracción, como ley espiritual que es, funciona para el Alma y no para el ego y que sus mecanismos son mucho más sutiles de lo que nos hace creer esta moda materialista. Además, la prosperidad es mucho más que dinero.

En cualquier caso, consigamos o no nuestra lista de deseos, las enseñanzas de El Secreto de pensamiento positivo, gratitud y confianza en la Vida son excelentes compañeros de viaje y solo pueden reportarnos beneficios.

Es un tema sobre el que profundizaremos y agradecemos a María que nos introduzca en él con esta interesante reflexión:

“El Secreto” es un best-seller que está teniendo una enorme difusión en todas las capas de la sociedad.

Gracias a que está concebido con la mente americana de ganar dinero fácilmente, el mensaje, que es muy antiguo, está llegando a sectores de la sociedad que de otra manera sería imposible que llegase.

El mensaje es el mismo que decía Jesús: “Si tenéis tanta fe como un grano de mostaza moveríais las montañas“, porque la fe es la creencia de que se puede hacer.

Los grandes filósofos de la historia llegaron a la misma conclusión. Cony Méndez a principios del siglo XX decía lo mismo, Enrique Barrios en su libro “El maravilloso universo de la magia” lo explica en forma muy divertida y amena.

En resumidas cuentas, se trata de la LEY DE ATRACCIÓN que dice que lo que piensas más lo que sientes muy adentro de ti y lo que expresas con tus palabras respecto a lo que quieres y deseas es lo que te va a venir.

¿Por qué cuesta tanto creer esta ley?

Porque con el pensamiento podemos querer una cosa concreta pero con el corazón no lo deseamos en absoluto, por ejemplo: podemos pensar que queremos ser multimillonarios pero en nuestro corazón tenemos miedo a que nos roben, nos secuestren.

También podemos pensar que los ricos son malvados, infelices, cursis, etc. Incluso podemos sentir que no nos merecemos tener nada o podemos estar utilizando la excusa de no tener dinero para mantener nuestra posición de víctimas y así perpetuar nuestra desgracia.

Si tenemos alguno de estos sentimientos profundos jamás conseguiremos ser multimillonarios por más que nos pasemos la vida leyendo libros de autoayuda, asistiendo a todos los seminarios que haya sobre la Ley de Atracción y haciendo todos los ejercicios y visualizaciones que ponen en los innumerables libros existentes aprovechando el tirón de El Secreto.

María Prado

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