jueves, 25 de marzo de 2010

APRENDER

10-03-25

He extraído los párrafos que os he copiado al final, de una entrevista que le hicieron en El País a Claudio Naranjo, el psicoterapeuta chileno creador del Eneagrama.

Después de volver a leer la entrevista (la leí por primera vez hace tiempo) me ha surgido una duda: ¿En qué estado de ánimo y en qué punto de desarrollo personal hace falta encontrarse para poder captar en profundidad el sentido de sus palabras? Lo digo porque si resulta que a veces tengo la sensación de que lo que escribo igual no llega, en general, al corazón de los lectores del Blog, con más razón puedo pensar que las palabras de Claudio Naranjo tampoco les lleguen (a no ser, claro está, que él sea mucho más didáctico que yo).

Mi otra duda (que tiene que ver también con la pregunta, aunque muy indirectamente) es: ¿Por qué no hay a penas participación de los lectores en el Blog?

Si entramos a reflexionar sobre lo que Claudio Naranjo nos propone, concluyo que hay algo concreto que podemos hacer en nuestras vidas: APRENDER. De ahí el título de esta entrada.

A mí, la vida ordinaria me da cada día ocasiones diversas para poder aprender. Yo tengo mi mirada focalizada hacia las relaciones conmigo mismo y con los demás, así es que mis aprendizajes tienen que ver, prioritariamente, con esto. No me refiero a otras clases de aprendizajes.

Los otros son a menudo para mí ocasión de aprendizaje. Sus palabras, sus miradas, sus gestos, sus reacciones, me muestran cosas mías, aspectos de mi personalidad, de mi carácter, y por eso puedo aprender de ellos. Claro está que para que eso se produzca, tengo que estar muy atento a lo que me transmiten ellos (aunque sea inconscientemente o involuntariamente) y a los movimientos de mi corazón (de mi mente).

Unas palabras dichas por mí en un momento determinado provocaron en una persona una reacción de disgusto que yo capté enseguida. Con una rapidez vertiginosa, mi mente pasó del estupor (¿qué le pasa ahora?) al diagnóstico (se ha enfadado), posteriormente a la autojustificación (pero si no le he dicho nada ofensivo), a la valoración sobre la actitud del otro (pues sí que tiene la piel fina), al propio enfado (¡no te fastidia!), a sentirme víctima (en vez de ponerse de mi lado…).

Si me hubiera detenido en ese punto, me habría quedado con unos sentimientos mezcla de rabia y de victimismo que nada bueno auguraban. Aquel día habríamos estado de morros los dos y apenas si nos habríamos hablado. Sin embargo, a mí me han enseñado a reflexionar sobre lo que siento y eso es lo que hice. Pronto me di cuenta del maremágnum de sentimientos y emociones que se movían en mi interior y fue entonces cuando decidí reflexionar desde “mi adulto” (es decir, desde el adulto que soy). Y así fue cómo llegué a apercibirme de que mi comentario había sido inadecuado, y así fue como decidí ir a hablar con aquella persona y comunicárselo, pidiéndole excusas por ello (creo recordar que le dije: me excuso porque he hecho un comentario inapropiado y sé que te ha dolido).

Sin embargo, mi aprendizaje no consistió en ese darme cuenta de todo lo que acabo de explicar, ya que esos “recorridos” por mi interior los practico casi a diario. El aprendizaje tuvo que ver con algo más sutil que no había visto hasta ese momento y que tenía relación con lo que yo esperaba de esa persona sin saberlo. Efectivamente, me sorprendió y me dolió que aquella persona se sintiera ofendida por mi comentario (sobre terceras personas) porque lo hice sin agresividad y en un clima de confianza, es decir, contando con que ella participaba de mi punto de vista porque había suficiente complicidad entre los dos. Pues bien, lo que descubrí no fue sólo que ese clima no existía (en aquel preciso momento y sobre el asunto en cuestión) sino –y eso es lo más importante de todo- que yo HABÍA PROYECTADO sobre ella un deseo mío, proyección que yo había confundido con la realidad.

Mi error consistió en dar por descontado que entre aquella persona y yo había ya suficiente confianza y complicidad como para poder hacer el comentario, teniendo en cuenta –como ya he dicho- que no lo hice con intención agresiva o desconsiderada. Y mi proyección consistió en ver en aquella persona la que yo quería ver, es decir, que me otorgaba su confianza y su complicidad, cuando la realidad que se me mostró claramente entonces (en eso consistió el aprendizaje) es que, por lo menos en ese tema y en ese momento, no compartíamos la misma posición frente al asunto.

De esa experiencia, se derivaron varios sentimientos y también una cierta serenidad emocional, por otro lado, porque había llegado a darme cuenta de mi error. Y todo ello me sirvió para decirme a mí mismo que quería y tenía que respetar la independencia y singularidad de aquella persona, así como sus opciones personales, igual que yo reivindico que los demás respeten las mías.

Ahora sé que he ganado puntos en el respeto hacia los demás, pero también en el aspecto de no confundir mis deseos con la realidad, o sea en el de no proyectarlos sobre las demás personas.

A continuación, os propongo leer la entrevista, extractada, que le hicieron a Claudio Naranjo. A ver que os sugiere todo esto en conjunto.

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Cada ser humano cuenta con dos fuerzas antagónicas en su interior. Uno es el falso yo, más conocido como ego o personalidad, relacionado con la ignorancia, la inconsciencia, el egocentrismo, la insatisfacción y el miedo. El otro es el verdadero yo, nuestra verdadera esencia y que está conectado con la sabiduría, la consciencia, el bienestar y el amor incondicional.

Cualquier persona que no esté en contacto con su esencia está en vías de deshumanizarse pues poco a poco va olvidando y marginando sus verdaderos valores, lo que repercute en su forma de pensar, vivir y relacionarse con los demás.

De tanto dolor acumulado, finalmente se desconecta de su verdadera humanidad.

Desde el ego, las personas actúan movidas por el miedo y la necesidad de supervivencia física y emocional.

Su objetivo es conseguir que la realidad se adapte a sus deseos, necesidades y expectativas egoístas, lo que les lleva a vivir una vida marcada por el sinsentido, el malestar y la necesidad constante de evasión y narcotización de sí mismos.

Una educación basada en nuestra verdadera naturaleza potencia el desarrollo de nuestra conciencia, lo que nos libera de las falsas creencias acumuladas por el ego

El sentido de la vida es aprender a trascender nuestro egoísmo y egocentrismo para que podamos ver a los demás y al medio ambiente que nos rodea como parte de nosotros mismos.

Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza. No es ningún síntoma de inteligencia adaptarse a una sociedad como la actual, profundamente enferma

domingo, 21 de marzo de 2010

EMOCIONES Y SENTIMIENTOS

10-03-21
chesusmaria.blogspot.com

En más de una ocasión, he preguntado a diversos expertos qué diferencia veían entre emociones y sentimientos, y hasta hoy, cuando he leído el artículo que reproduzco a continuación, no se me había aclarado un poco el asunto. Por lo que se ve, las emociones (miedo, alegría, tristeza y rabia), son fenómenos con una base psico-fisiològica y de carácter reflejo e innato en los seres humanos, mientras que los sentimientos son interpretaciones (positivas o negativas) que hacemos de lo que se nos presenta emocionalmente. Como dice la autora del texto: El sentimiento es la etiqueta que la persona pone a la emoción. Lo que sentimos no es bueno ni malo, lo podemos clasificar en positivo y negativo, en relación a lo que nos provoca.
Así, pues, somos nosotros los que, por ejemplo, ponemos el título de feliz o triste a lo que sentimos.

Me parece muy interesante este artículo porque nos vuelve a poner sobre la pista de lo importante que es estar atentos a lo que sentimos, sobre todo a la hora de tomar decisiones. Como he comentado en otras ocasiones, si alguien viene a verme y me habla en tono amenazador (yo soy muy sensible a las amenazas, a las persecuciones y a los malos tratos), mis emociones se disparan al momento: alerta (miedo) y enfado (rabia), pero he aprendido a ver a la vez lo que pasa fuera de mí y lo que pasa dentro de mí. Durante unos segundos, suelo darme cuenta de la amenaza externa y de mis sentimientos, y entonces puedo tomar decisiones que me vayan bien y que no me desencadenen más emociones negativas que pueden llegar a ser bastante destructivas. Es decir, si me detengo a reflexionar un instante, puedo llegar a decidir decirle a aquella persona que no me amenace, que me tiene que respetar, que no le acepto el tono amenazador, y sin necesidad de entrar en una batalla campal con ella que, al final, me causaría más desazón y más malestar. Eso sí, la emoción de alerta la sigo sintiendo durante todo el proceso.

En fin, aquí dejo el artículo transcrito para que lo podamos comentar.

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¿Alguna vez nos hemos arrepentido de reaccionar de determinada manera y nos hemos preguntado cómo hemos llegado hasta esa situación?. Isabel MC, psicóloga y nutricionista, nos envía a El Lector Alertanivo Opina un artículo explicándonos el significado de las emociones, el proceso por el que llegamos a la frustración y sugiriéndonos una vía para que seamos nosotros verdaderamente quienes llevemos las riendas de nuestra Vida y no lo sean los sentimientos desbocados.
“Las emociones son fenómenos psicofisiológicos que representan modos eficaces de adaptación a ciertos cambios de las demandas ambientales.
- Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas en la jerarquía de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria.
- Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluyendo expresiones faciales, músculos, voz, actividad del SNA y sistema endocrino, a fin de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo.
- Conductualmente, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, impulsándonos hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y alejándonos de otras.
Las emociones actúan también como depósito de influencias innatas y aprendidas, poseyendo ciertas características invariables y otras que muestran cierta variación entre individuos, grupos y culturas.
Las emociones son procesos neuroquímicos y cognitivos relacionados con la arquitectura de la mente —toma de decisiones, memoria, atención, percepción, imaginación— que han sido perfeccionadas por el proceso de selección natural como respuesta a las necesidades de supervivencia y reproducción”
Con este apunte de diccionario tan solo quiero hacer referencia a que las emociones son actos reflejos innatos del ser humano y son éstos los que generan los sentimientos.
A través de los sentimientos tenemos acceso al estado anímico propio, que puede derivar en un cauce físico y/o espiritual. Forma parte de la dinámica cerebral humana y nos capacita para reaccionar antes eventos cotidianos.
Los sentimientos son polarizaciones (positivas o negativas) que nuestra mente hace de los hechos. Sus interpretaciones dan forma a la felicidad o la frustración.
Dado que nuestro cerebro funciona con una serie de leyes, entendamos el proceso por el cual llegamos a una frustración. Inhibir un sentimiento equivale a fomentar un deseo, postergar un deseo fomenta una frustración.
Los sentimientos necesitan de una razón o cauce para ser satisfechos y hacernos sentir equilibrados. Los sentimientos son las impresiones que causan a un nivel espiritual determinadas cosas o situaciones y a partir de las cuales, actuamos los seres humanos.
El sentimiento es la etiqueta que la persona pone a la emoción. Lo que sentimos no es bueno ni malo, lo podemos clasificar en positivo y negativo, en relación a lo que nos provoca.
Lo que trato de exponer aquí es que, a través de la autobservacion, seamos capaces de identificar cada uno de nuestros sentimientos para así ser conscientes de cómo nos sentimos, para identificar nuestras reacciones ante las acciones propias o ajenas. Para ser capaces de identificar un sentimiento negativo como indicador de que no estamos en el camino correcto, analizarlo, observar donde actúa y en que nos está bloqueando.
Dejarnos llevar por las emociones sin control de ningún tipo nos lleva a una situación de manera automatizada. De repente nos encontramos ante una situación que no ha sido dirigida por nuestra voluntad, sino por nuestros sentimientos de manera automática.
Una vez se ha generado nuestro comportamiento entonces salimos de esa especie de trance donde nos preguntamos ¿cómo hemos sido capaces de llegar a esta situación?. Esos miedos y sentimientos negativos generan un comportamiento adaptativo en situaciones donde no somos capaces de mostrar nuestra verdadera esencia.
Muchos pensareis, ¿de lo que se trata es de racionalizar los sentimientos? La respuesta es NO. Lo que trato de explicar es que seamos capaces de manejar nuestro yo con la VOLUNTAD. Ser conscientes de quien somos y conocer nuestras reacciones para así dominar nuestro comportamiento de una manera adaptativa con una evolución positiva.
Isabel MC

domingo, 14 de marzo de 2010

LA FAMILIA

10-03-14

No creo equivocarme si afirmo que la mayoría de nosotros sabemos que la familia (nuestras respectivas familias) es la base de nuestro engarce emocional con el mundo, con nuestro entorno. Los primeros años de nuestra vida han sido cruciales para nuestro crecimiento como personas, y se han desarrollado en el seno de una familia concreta en cada caso. Y es sabido también que la primera nutrición emocional se produce entre la madre y el bebé, pero en un entorno familiar determinado, de manera que, asimismo, la familia se constituye por extensión en el núcleo primario para la nutrición de los bebés y de los niños. Pero resulta que no siempre y en todos lugares ha habido y hay un modelo de familia único. Y a eso quería dedicar hoy mi reflexión.

Por razón de mi trabajo, de mis dedicaciones literarias, y de mis experiencias vitales en general, he conocido muchas mujeres, muchas parejas y muchas familias. Algunas hace muchos años, otras bastante tiempo y algunas más, más recientemente. Por eso he podido comprobar que instituciones como el noviazgo, el matrimonio y la familia son dinámicas, han ido cambiando con el tiempo. Eso lo sabe prácticamente todo el mundo, pero en mi caso lo que yo he visto es que la razón de los cambios más recientes se encuentra en la mujer, en el papel de la mujer, en los cambios de actitud y de mentalidad de las mujeres. Esto es muy interesante porque la mayor parte de las personas que siguen este blog como lectoras (hasta donde yo sé) son (sois) mujeres.

Recuerdo que un día de verano de hace unos pocos años estaba en la piscina del pueblo hablando con un vecino procedente de Argelia y me decía: la crisis de Occidente se debe a que se ha dado demasiada libertad a las mujeres; y yo le respondí rápidamente: la crisis tradicional del mundo islámico es, precisamente, que las sociedades, gobernadas por hombres, tienen sujetas a las mujeres, y no cambiará este estado de cosas hasta que ellas no sean libres como los hombres para decidir su destino. Y me salió así de fácil. No tuve que pensármelo mucho. Y que conste que con esto no quiero decir que todos los musulmanes sean y piensen como este argelino, y además éste no es el tema que quiero tratar hoy.

Para mí, es un hecho que el matrimonio y la familia actuales han dejado de regirse, en general, por las normas tradicionales. Ya no hablo del matrimonio concertado entre las familias (que yo ya no he conocido) me refiero al matrimonio de la generación de mis padres, en que ya había, más o menos, libre elección de la pareja (en mi época y en mi entorno social y familiar, sin el más o menos). Ese matrimonio se celebraba para toda la vida, y no sólo por razones religiosas, sino también por patrones sociales de conducta colectiva. La mujer, en ese contexto, se dedicaba por lo general a cuidar de la casa, de los hijos, del marido y de sus padres y de los del marido cuando se hacían muy mayores y lo necesitaban. En el mundo agrícola es donde se veían más bien reflejados esos roles. Naturalmente, en las clases medias (más tradicionales) se seguían con más fidelidad esos guiones, porque son y eran más conservadoras.

En mi generación se rompen muchos moldes y comienzan a aparecer cosas como “vivir juntos” (sin casarse), el uso de los anticonceptivos, las relaciones sexuales previas al matrimonio o a la formación de pareja, lo que llamaban la “paternidad responsable”, mujer y hombre trabajando fuera de casa y compartiendo (relativamente) las tareas domésticas, las separaciones de las parejas y (posteriormente) los divorcios, los hijos compartidos de parejas distintas, etc. Pero yo diría que aún persiste de alguna manera la idea de “la pareja para toda la vida”, al menos como deseo o como meta.

En las generaciones de hoy en día, las formadas por personas que tienen menos de 40 años (por poner un tope) aunque hay muchas parejas “clásicas” todavía (casados, con hijos de la pareja, trabajando fuera de casa los dos, etc.) lo cierto es que yo detecto una crisis permanente. He leído, por ejemplo, que el 50 % de los matrimonios jóvenes que se están produciendo ahora, se estima que acabarán en separación o divorcio. Yo no sé si tanto, pero mis cuentas son que bastantes de las parejas estables que conocía se han separado.

Pues bien, mi punto de vista es que lo que está cambiando a marchas forzadas es la mentalidad de las mujeres y su papel dentro y fuera de la pareja. De momento, conozco a muchas que se quejan, por ejemplo, de que sus parejas masculinas no se ocupan de lo que ellas creen que se deberían ocupar también: los hijos, las tareas domésticas, los padres ancianos o enfermos, etc, pero no dan el paso hacia la separación por diversos temores, el más extendido de los cuales es: los hijos. No quieren dejar “sin padre en casa” a los hijos. Y eso las conduce a un callejón sin salida a mi modo de ver, por lo menos en el terreno emocional. Pero no hay que preocuparse porque ya se vislumbra un hecho claro, y es que, a mi modo de ver, las mujeres futuras, las niñas de ahora y las que vendrán en el inmediato futuro, van a seguir rompiendo más moldes y no van a tener tantas contemplaciones para “poner de patitas en la calle” a sus respectivas parejas si no se corresponsabilizan con ellas en todo lo que comporta la vida en común.

Ahora bien, llega el momento de volver al principio en mi reflexión y me tengo que preguntar: ¿Cómo serán las “nuevas” familias? ¿Cómo criarán a sus hijos? ¿Cómo recibirán los niños la nutrición emocional que necesitan para crecer y madurar? Obviamente, yo no tengo la respuesta, pero está claro que la humanidad, para sobrevivir, necesita que los nuevos vástagos reciban el cuidado y el cariño de sus respectivas madres y de sus respectivos padres. Pero también está claro que los cambios en los roles de las mujeres ya no los va a parar nadie (por si no estaba suficientemente claro, he de añadir que yo no tengo ningún interés en que cambien). En consecuencia, algo habrá que hacer en el campo de los hombres, algún cambio tendrán que hacer, porque, si no, el panorama sería sombrío. Una mujer comprometida dentro y fuera de casa, y unos hombres fuera de casa o en casa pero poco o nada comprometidos (como está pasando ahora en muchos casos), no son la mejor fórmula para una familia nutritiva de cara a los hijos.

Es posible (no sé si probable) que hayan de pasar unos años en los que se destruya el vínculo de pareja en muchos casos, y que las mujeres (por lo general) tengan que educar solas a los hijos, pero también preveo que poco a poco habrá cada días más (futuras) mujeres que dejarán de tener hijos, igual que ahora ya hay bastantes que comienzan a renunciar a convivir con una pareja estable para poder estar mejor emocionalmente. Por tanto, el concepto de familia habrá de ser reelaborado a la larga. ¿Serán las “nuevas familias” un reencuentro de mujeres y hombres más “crecidos”? Ya firmaría yo por ese futuro. Pero ya veremos (o ya verán las futuras generaciones). Para mí, lo que es ya casi evidente es que las fórmulas tradicionales de pareja ya no sirven a muchas mujeres actuales (de 30, 40 y 50 años, por decir algo) pero lo cierto es que todavía no han surgido las nuevas fórmulas substitutivas.

En el fondo, creo que la mujer actual (en occidente) se busca a sí misma, quiere estar bien consigo misma, necesita sentirse persona por encima de todo, que la respeten, que la traten en términos de igualdad social con relación al hombre, y pienso que está en esa batalla, buscando su lugar en la familia, en el trabajo, en el ocio, etc. Y eso será, a la larga o a medio plazo, lo que acabará enterrando algunas fórmulas tradicionales de les relaciones mujer/hombre, madre/hijos, padre/hijos, etc. A mi modo de ver no hay posible(ni deseable) vuelta atrás, pero todos debemos reflexionar sobre cómo hacer para crecer y madurar emocionalmente e intelectualmente como individuos para construir entre todos ese futuro que se vislumbra o que ya está presente entre nosotros en muchos aspectos. Mujeres y hombres somos igualmente personas y tenemos la posibilidad de “funcionar” ya mismo de otra manera: Yo bien y Tú bien, es decir, yo soy digna/o de respeto, tu eres digna/o de respeto, porque somos personas, y podemos entendernos dialogando, sin perseguirnos, sino actuando desde los adultos que somos. Eso nos va a permitir, con toda seguridad, participar en estos cambios tan transcendentales de una manera consciente y respetuosa.

Y a los temores y miedos… ¡Que les den!

sábado, 6 de marzo de 2010

RECUPERAR LA CONFIANZA

He aprovechado la traducción de Google para (mejorada) transcribir en castellano el texto original catalán


10-03-07
RECUPERAR LA CONFIANZA

Conozco el caso de una persona que tenía la sensación de que la vida no le iba precisamente como tenía previsto y que se encontraba muy decepcionada por este motivo. En realitat, el que succeïa era que li havien passat bastants coses negatives (i algunes de greus) i de mica en mica havia perdut la confiança en que pogués arribar a redreçar la seva situació. En realidad, lo que sucedía era que le habían pasado bastantes cosas negativas (y algunas de graves) y poco a poco había perdido la confianza en que pudiera llegar a enderezar su situación. Aquesta persona, per tant, havia perdut molta confiança en les seves possibilitat i en sí mateixa. Esta persona, por tanto, había perdido mucha confianza en sus posibilidades y en sí misma.

Rumiant sobre el seu cas, vaig confirmar una vegada més que sense aquesta mena de confiança no ens és possible estar bé emocionalment. Pensando sobre su caso, confirmé una vez más que sin este tipo de confianza no nos es posible estar bien emocionalmente. Per això vull referir-me avui a com recuperar la confiança perduda, tibant de la meva experiència personal. Por eso quiero referirme hoy a cómo recuperar la confianza perdida, tirante de mi experiencia personal.

Em fa l'efecte que el sentiment de confiança neix en el més íntim de nosaltres mateixos, de cada persona. Me da la impresión que el sentimiento de confianza nace en lo más íntimo de nosotros mismos, de cada persona. Com més s'hagi adit la primera experiència infantil al natural benestar profund que tenim en el moment de néixer, més gran serà la confiança que tinguem en nosaltres mateixos. Cuanto más se haya aditivo la primera experiencia infantil al natural bienestar profundo que tenemos en el momento de nacer, mayor será la confianza que tengamos en nosotros mismos. I, a l'inrevés, com més feréstecs i punyents siguin les experiències que tinguem durant els primers anys de vida, més minso serà el grau de confiança pròpia que tindrem. Y, al revés, cuanto más salvajes y punzantes sean las experiencias que tengamos durante los primeros años de vida, más escaso será el grado de confianza propia que tendremos. Vol dir això, per mi, que benestar i confiança estan en una relació directament proporcional entre ells: a major confiança pròpia, major benestar, i al contrari. Quiere decir esto, para mí, que bienestar y confianza están en una relación directamente proporcional entre ellos: a mayor confianza propia, mayor bienestar, y al contrario. Vet aquí la importància d'aquest factor per a arribar a trobar-se bé emocionalment. He aquí la importancia de este factor para llegar a encontrarse bien emocionalmente.

Quan jo vaig manifestar durant la teràpia que volia recuperar l'alegria perduda, estava demanant també no només un major benestar emocional, sinó alhora un sentiment més gran de confiança en mi mateix que el que tenia en aquells moments. Cuando yo manifesté durante la terapia que quería recuperar la alegría perdida, estaba pidiendo también no sólo un mayor bienestar emocional, sino al mismo tiempo un sentimiento más grande de confianza en mí mismo que el que tenía en aquellos momentos. La meva sort va ser que jo sentia una gran confiança en que aquella teràpia havia d'anar-me bé i em seria molt profitosa. Mi suerte fue que yo sentía una gran confianza en que esa terapia tenía que irme bien y me sería muy provechosa. És a dir que, sense adornar-me'n, vaig començar a recuperar la confiança en mi mateix a partir de la confiança que sentia cap als resultats previsibles de la teràpia que llavors iniciava. Es decir que, sin darse cuenta, empecé a recuperar la confianza en mí mismo a partir de la confianza que sentía hacia los resultados previsibles de la terapia que entonces iniciaba.

Per tant, al meu entendre, en la recuperació de la pròpia confiança no hi ha d'haver (ni hi ha) res de màgic ni d'esotèric. Por lo tanto, a mi entender, en la recuperación de la propia confianza no debe haber (ni hay) nada de mágico ni de esotérico. La confiança es recupera (segons la meva experiència) d'una manera molt racional (adulta, en la terminologia terapèutica) . La confianza se recupera (según mi experiencia) de una manera muy racional (adulta, en la terminología terapéutica). Com? ¿Cómo? Pensant, reflexionant, analitzant, valorant, sospesant, comparant, concloent, etc. Pensando, reflexionando, analizando, valorando, sopesando, comparando, concluyente, etc. En el meu cas, la confiança en els bons resultats de la teràpia s'havia produït per dos motius. En mi caso, la confianza en los buenos resultados de la terapia se había producido por dos motivos. Primerament, perquè havia vist els que s'havien donat en altres casos que coneixia. Primero, porque había visto los que se habían dado en otros casos que conocía. I en segon lloc, perquè vaig poder conèixer –iniciades ja les sessions- els fonaments teòrics o conceptuals de les tècniques que anàvem a aplicar. Y en segundo lugar, porque pude conocer iniciadas ya las sesiones-los fundamentos teóricos o conceptuales de las técnicas que íbamos a aplicar. No estic dient que tothom sigui igual i que a tothom li hagi d'anar igual de bé un determinat tipus d'acció per a recuperar la confiança. No estoy diciendo que todo el mundo sea igual y que en todo el mundo le tenga que ir igual de bien un determinado tipo de acción para recuperar la confianza. Estic dient que, tot i que cadascú té el seu camí, la seva manera i el seu ritme, penso que en tots els casos no ens podem abandonar simplement a sentir, sinó que també hi hem de posar seny, el cap, el pensament. Estoy diciendo que, aunque cada uno tiene su camino, su forma y su ritmo, pienso que en todos los casos no nos podemos abandonar simplemente a oír, sino que también tenemos que poner cordura, la cabeza, el pensamiento.

Dies passats comentava d'una amiga que em deia que no podia sentir “la necessitat d'arribar a estar bé”. Días pasados comentaba de una amiga que me decía que no podía oír "la necesidad de llegar a estar bien". Doncs, mira, aquest és un cas en què es podria aplicar això que estic dient. Pues mira, este es un caso en que se podría aplicar esto que estoy diciendo. Per sortir d'aquest estat, s'hi ha de posar reflexió, anàlisi, seny. Para salir de este estado, se debe poner reflexión, análisis, juicio. Així serà possible cercar camins vers la confiança, primerament, i vers el benestar tot seguit. Así será posible buscar caminos hacia la confianza, primero, y hacia el bienestar a continuación.

La confiança ve a ser com una mena de combustible que ens permet volar ben alt. La confianza viene a ser como una especie de combustible que nos permite volar alto.

Per cert, la meva amiga ho està fent (cercar camins i volar ben alt) i li va la mar de bé. Por cierto, mi amiga lo está haciendo (buscar caminos y volar muy alto) y le va la mar de bien.
Publicado por Chesús en 22:36

RECUPERAR LA CONFIANÇA

10-03-07
RECUPERAR LA CONFIANÇA

Conec el cas d’una persona que tenia la sensació que la vida no li anava precisament com tenia previst i que es trobava molt decebuda per aquest motiu. En realitat, el que succeïa era que li havien passat bastants coses negatives (i algunes de greus) i de mica en mica havia perdut la confiança en que pogués arribar a redreçar la seva situació. Aquesta persona, per tant, havia perdut molta confiança en les seves possibilitat i en sí mateixa.

Rumiant sobre el seu cas, vaig confirmar una vegada més que sense aquesta mena de confiança no ens és possible estar bé emocionalment. Per això vull referir-me avui a com recuperar la confiança perduda, tibant de la meva experiència personal.

Em fa l’efecte que el sentiment de confiança neix en el més íntim de nosaltres mateixos, de cada persona. Com més s’hagi adit la primera experiència infantil al natural benestar profund que tenim en el moment de néixer, més gran serà la confiança que tinguem en nosaltres mateixos. I, a l’inrevés, com més feréstecs i punyents siguin les experiències que tinguem durant els primers anys de vida, més minso serà el grau de confiança pròpia que tindrem. Vol dir això, per mi, que benestar i confiança estan en una relació directament proporcional entre ells: a major confiança pròpia, major benestar, i al contrari. Vet aquí la importància d’aquest factor per a arribar a trobar-se bé emocionalment.

Quan jo vaig manifestar durant la teràpia que volia recuperar l’alegria perduda, estava demanant també no només un major benestar emocional, sinó alhora un sentiment més gran de confiança en mi mateix que el que tenia en aquells moments. La meva sort va ser que jo sentia una gran confiança en que aquella teràpia havia d’anar-me bé i em seria molt profitosa. És a dir que, sense adornar-me’n, vaig començar a recuperar la confiança en mi mateix a partir de la confiança que sentia cap als resultats previsibles de la teràpia que llavors iniciava.

Per tant, al meu entendre, en la recuperació de la pròpia confiança no hi ha d’haver (ni hi ha) res de màgic ni d’esotèric. La confiança es recupera (segons la meva experiència) d’una manera molt racional (adulta, en la terminologia terapèutica) . Com? Pensant, reflexionant, analitzant, valorant, sospesant, comparant, concloent, etc. En el meu cas, la confiança en els bons resultats de la teràpia s’havia produït per dos motius. Primerament, perquè havia vist els que s’havien donat en altres casos que coneixia. I en segon lloc, perquè vaig poder conèixer –iniciades ja les sessions- els fonaments teòrics o conceptuals de les tècniques que anàvem a aplicar. No estic dient que tothom sigui igual i que a tothom li hagi d’anar igual de bé un determinat tipus d’acció per a recuperar la confiança. Estic dient que, tot i que cadascú té el seu camí, la seva manera i el seu ritme, penso que en tots els casos no ens podem abandonar simplement a sentir, sinó que també hi hem de posar seny, el cap, el pensament.

Dies passats comentava d’una amiga que em deia que no podia sentir “la necessitat d’arribar a estar bé”. Doncs, mira, aquest és un cas en què es podria aplicar això que estic dient. Per sortir d’aquest estat, s’hi ha de posar reflexió, anàlisi, seny. Així serà possible cercar camins vers la confiança, primerament, i vers el benestar tot seguit.

La confiança ve a ser com una mena de combustible que ens permet volar ben alt.

Per cert, la meva amiga ho està fent (cercar camins i volar ben alt) i li va la mar de bé.

PÍLDORAS PARA LA FELICIDAD

10-03-07

PÍLDORAS PARA LA FELICIDAD

Transcribo literalmente unas frases que me llegaron hace tiempo (no recuerdo quién me las envió o dónde las encontré). A mí, personalmente, me ayudan más a reflexionar unas que otras, pero creo que todas encierran algo de sabiduría. No puedo responder de las autorías que se señalan, en su caso, porque no las he contrastado.



- Busca el lado positivo y agradable, aun en las situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que te ayudará a pasar más fácilmente los momentos difíciles, y a convertir los problemas en oportunidades.
(Napoleón Hill)

- Apúntate a la vida, a decir lo que sientes, a sentir lo que vales, a soñar lo que quieres y a saber que te sobra con tener lo que tienes.
(Rosana)

- Cada instante que pases disgustado, desesperado, angustiado, furioso o dolido, a causa del comportamiento de otra persona, es un instante en el que renuncias al control sobre tu vida.
(W.Dyer)

- Convierte tu muro en un peldaño.
(Rainer María Rilke)

- El destino baraja las cartas, pero nosotros las jugamos.

- En esta vida lo importante no es lo que te ocurre sino cómo lo afrontas.
(Serrat)

- La enfermedad no es más que un desafío de nuestro cuerpo para que cambiemos nuestra forma de vida, nuestros hábitos de salud y nuestra actitud mental. (Joan Baez)

- La felicidad es algo que no depende de la posición, sino de la disposición. (John G. Pollard)

- No se aprende celebrando éxitos, si no superando fracasos.

- No. No aceptes lo habitual como cosa natural. Porque en tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural. Nada debe parecer imposible de cambiar.
(Bertolt Brecht)

- Se nos ha dicho que tenemos que encontrar la persona adecuada en lugar de decirnos que somos nosotros los que debemos convertirnos en la persona adecuada.

- Si no nos gusta esta sociedad, ¿por qué no la cambiamos? Con la queja y la desidia no se cambia nada. Mas vale errar que no hacer nada.

- Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo.
(M. Gandhi)

- Vivir es ayudar a vivir, ser feliz es ayudar a ser felices a otros.
(R. Follereau).