viernes, 9 de abril de 2010

LOS MALENTENDIDOS

El 6 de abril de 2010, ANDREA escribió:

Hola Chesús!

Bueno, me he leído este primer mensaje tuyo (EMOCIONES Y SENTIMIENTOS), (me parece que tengo 3 más pendientes) y me gustaría preguntarte una cosa. ¿No tienes la sensación de que eres tú el que siempre das tu brazo a torcer? Me refiero a que como tenemos ese carácter mediador (¡debe de ser nuestra naturaleza!) siempre tendemos a dar el primer paso para que todo el mundo esté bien. Si decimos lo que sentimos luego nos sabe mal y acabamos disculpándonos o dando más explicaciones de las que generalmente da la gente, ¿no te parece?

El tú bien yo bien siempre acaba yendo en detrimento tuyo por el "bien" general de todos. Nos sentimos mejor así que manteniendo quizás la postura que nos es más favorable a nosotros mismos. No sé si me entiendes. Y claro, yo me pregunto: ¿nos tenemos que conformar con nuestra naturaleza? ¿No podemos adecuarla un poquitín a los tiempos que corren? Más que nada es para no tener la sensación de que "abusan" o se "aprovechan" de tu empuje.

"Ser conscientes de quien somos y conocer nuestra reacción para dominar nuestro comportamiento de manera adaptativa con evolución positiva". Y vuelvo a decir yo: si nos vamos adaptando tanto ¿no acabaremos perdiendo nuestra identidad?

No sé Chesús, ésto es muy complicao!

Seguiré leyéndome tus mensajitos......estamos en contacto!

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LOS MALENTENDIDOS

10-04-09

Hola Andrea:

Hemos hablado muchas veces de algo que se llama complacer. ¿Te acuerdas? Pero, ¿por qué complacemos? (sobre todo cuando lo hacemos compulsivamente). Pues lo hacemos porque tenemos algo mal entendido desde que éramos pequeños: que si no complacemos no nos van a querer o no nos van a querer tanto como lo que necesitamos. Así de fácil. Llámalo "no querer malos rollos", "que haya paz", "sin discusiones", etc., como quieras, pero es lo mismo: tenemos que ser buenos chicos si queremos que nos quieran.

El malentendido viene de cuando éramos pequeños. Así lo sentimos entonces, sin darnos cuenta de que nuestros padres nos querían tanto si éramos así como de otra manera. ¿No tienes hermanos que eran más pasotas que tú en ese sentido? (yo sí). ¿Y qué pasaba? Que mis padres los querían igual.

Pues bien, ese malentendido lo hemos ido aplicando a lo largo de nuestra vida y hoy aún seguimos en ello. Pero podemos cambiar nuestros hábitos, podemos cambiar nuestras actitudes, y ahí está el secreto para llegar al soñado BIENESTAR básico y habitual.

Hay que partir de la base de que somos personas y que, como tales, por ese sólo hecho, tenemos derecho a que se nos respete tal como somos. Por lo tanto, podemos y tenemos el derecho a decir lo que pensamos, siempre y cuando respetemos a los demás al hacerlo. La base de la autoestima está en tener claro ese derecho a ser como somos y el derecho a poder exigir que se nos respete. Si partimos de una buena autoestima, nos daremos cuenta de que "no tenemos que ser buenos" para que nos amen, sino que tenemos que ser como somos, o sea, auténticos. La gente acaba amando la autenticidad de los demás por encima de todo.

Por tanto, no tenemos que dar nuestro brazo a torcer - y menos, siempre - sino intentar ser lo más auténticos posibles, teniendo en cuenta el derecho de los demás a ser respetados, diciendo y haciendo lo que creemos que debemos decir y hacer.

Si no somos suficientemente auténticos, complaceremos y aguantaremos, y ya se sabe que aguantar genera mucha rabia. Por eso nos quejamos de que siempre nos toca a nosotros bailar con la más fea o el más feo, porque aguantamos, porque actuamos en contra de nuestras necesidades emocionales personales. Y, claro, después vienen las quejas y los cabreos.

Por otra parte, si nos amamos suficientemente a nosotros mismos (autoestima) no permitiremos que abusen de nosotros. No se trata tanto de pedir a los otros que no sean abusones, sino de decirles que no lo toleraremos. Depende más de nosotros mismos que de los demás conseguir que te respeten.

Aunque pueda sonarte a chino, te diré que nuestra verdadera naturaleza es bondad (en todos los casos) y no estos problemillas emocionales que vamos descubriendo dentro de nosotros, que no son sino lo que hemos ido adquiriendo inconscientemente durante la vida y que se ha superpuesto sobre esa bondad básica que somos. ¿No es verdad que queremos que todo vaya bien? ¿Que el mundo funcione justamente? ¿Que la gente sea feliz? ¿Y por qué crees que nos pasa eso a pesar de todos los pesares? Pues porque somos bondad básica en el fondo de nuestro corazón (que no quiere decir tener que complacer, eh?)

A mí más que "dominar nuestro comportamiento" me gusta decir: buscar el bienestar emocional propio y actuar desde el Yo bien y Tú bien, huyendo de las conductas puramente reactivas (me insultan, pues insulto) que llevan al malestar. Es muy profundo todo esto pero no creas que es tan difícil de aprender. Eso sí, hay que prestar atención a (ser conscientes de) lo que hacemos y a/de lo que decimos (sobre todo al principio).

3 comentarios:

Chesús dijo...

Con relación a esto, añado la transcripción de un poema que me regalaron una vez:

NO TIENES QUE SER BUENO

No tienes que ser bueno,
ni caminar de rodillas
cien mil millas
a través del desierto
en un acto de arrepentimiento;
sólo tienes que permitir
que el suave animal de tu cuerpo
ame lo que ama.

Háblame de desesperanza,
la tuya,
yo te hablaré de la mía;
mientras tanto el mundo pasa,
mientras tanto el sol
y los claros guijarros de la lluvia
se mueven por los paisajes
sobre las praderas
y entre los profundos árboles,
las montañas,
los ríos.

Quienquiera que seas,
no importa que sólo estés.
El mundo se ofrece a tu imaginación.
Te llama como los patos salvajes,
ásperos y excitantes,
una y otra vez
anunciando tu lugar
en la familia de las cosas
-
No tienes que ser bueno,
ni caminar de rodillas
cien mil millas
a través del desierto
en un acto de arrepentimiento;
sólo tienes que permitir
que el suave animal de tu cuerpo
ame lo que ama.

Anónimo dijo...

Hola Chesus, he dado con tu blog y llevo unos días leyéndolo. La verdad es que son reflexiones muy interesantes y siempre es de agradecer que alguien quiera compartirlas.
El motivo de este comentario, es simplemente una pequeña reflexión que me ha venido tras varios de tus pensamientos, quizá en especial de este último.
Para mí, una de las virtudes que más ayudan al bienestar personal y al bienestar de los demás es la humildad, bien entendida por supuesto. Para muchos no tiene muy buena prensa, y creo que se la subestima demasiado.
En mi opinión, el mayor escollo en nuestras relaciones con los demás es el orgullo, la mala gestión que hacemos a veces de nuestro ego, la frustración que nos produce sentirnos inferiores a otros y no menos importante el miedo que sentimos ante la posibilidad de ser heridos.
En esto entra de lleno, el tema de la autoestima, y coincido contigo en muchas de las apreciaciones que has hecho en relación a este aspecto, pero a veces tengo la sensación (y me refiero en general no sólo en referencia a tus reflexiones) , que tiende a usar la autoestima como una pantalla que nos “protege”, pero que en muchos casos no está realmente interiorizada y en muchos otros tiende a caer en el orgullo y por tanto en un obstáculo en nuestras relaciones y bienestar personal.
Las personas que he conocido que más admiro, con las que más cómodo me siento y de las que más he aprendido, tienen en común esta cualidad, no necesitan demostrar que son mejores que nadie y a su vez te hacen partícipe de sus defectos y de cómo han aprendido de ellos. Por el contrario, las personas con miedo a que les hagan daño, las personas orgullosas, además de mostrar síntomas claros de una perenne infelicidad y frustración, tienden a enrarecer el entorno en el que se encuentran.
En resumen, pues no quisiera alargarme, me encantaría que compartieras tu opinión sobre el papel de la humildad en el bienestar personal, y qué papel desempeña en el ámbito de la autoestima que ya has tratado en otras ocasiones.

Muchas gracias por todo, y un cordial saludo.

Alfonso.

Chesús dijo...

Gracias, Alfonso, por tu comentario y por querer compartirlo con los lectores del blog. Me parece muy interesante todo lo que dices sobre la humildad y el orgullo, y te prometo que reflexionaré sobre ello y te daré mi opinión al respecto. La verdad es que no se me había ocurrido reflexionar sobres estos temas, pero lo voy a hacer con mucho gusto ya que los has propuesto. Ojalá que otros lectores hagan como tú, que se animen a escribir sobre lo que piensan al respecto de los diversos temas que vamos considerando, y ayuden de esta manera a enriquecer este hermoso instrumento de comunicación que es el blog.

Un abrazo.